La lucha de la Cooperativa Pascual Boing / 3

La lucha de la Cooperativa Pascual Boing/3Enviado el Domingo, 31 agosto a las 10:13:20 por sodepazadministrador
Los tentáculos de Coca Cola prostituyen el mercado Periódico Obrero y Campesino El Machete Oct. 2002
Ejecutivo ejemplar de la transnacional de la “chispa de la vida”, el presidente Vicente Fox Quesada optó por beneficiar a los consorcios de Estados Unidos productores de alta fructosa y sus principales clientes en México: las empresas refresqueras. La suspensión temporal por seis meses –-culmina en septiembre próximo, cuando también termina el ciclo fiscal del país vecino del norte– al impuesto especial a las empresas que utilicen dicho endulzante, dada a conocer este martes, representa un capítulo más de las relaciones atropelladas y nada claras de Fox con las industrias azucarera y refresquera. Coca Cola –-donde el Presidente escaló posiciones ejecutivas para saltar al escenario político– ha sido acusada de imponer, bajo la complicidad de autoridades federales, estatales, municipales y hasta educativas un verdadero monopolio que amenaza con desaparecer a empresas nacionales, como la Cooperativa Pascual, que en sus productos utiliza azúcar mexicana. Con el 75 por ciento del mercado nacional de refrescos en sus manos, Coca Cola tiene en cuenta varias denuncias ante la Comisión Federal de Competencia (CFC) por prácticas monopólicas, dos de ellas interpuestas en noviembre de 2000 por Pepsi Cola Mexicana, Aga y Mundet, y otras más en mayo de 2001, por Cooperativa Pascual, contra 92 de sus concesionarios en el país. Pepsi, Aga y Mundet acusan a Coca Cola –-que controla 220 marcas de bebidas no alcohólicas en 200 países– de imponer contratos de exclusividad con grandes compañías como Cinemex, la cual sólo da acceso a productos y publicidad de la transnacional y también en el llamado “comercio detallista”, esto es, en tiendas de abarrotes y misceláneas, donde el consorcio de la “chispa de la vida” regala cajas de producto, refrigeradores y hasta capacitación en contabilidad a los propietarios, a cambio de que vendan sólo su agua embotellada y refrescos. Como resolución, la CFC ordenó a Coca Cola no firmar ningún contrato de exclusividad en tanto no se resuelva el caso. Ante ello, los concesionarios interpusieron demandas de amparo contra la medida. Entonces el desenlace de la llamada “guerra de las colas” podría darse hasta el 2003 por los alegatos ante la CFC y tribunales federales. La situación de la Sociedad Cooperativa de Trabajadores de Pascual es más grave. “Desde septiembre de 2001 la transnacional inició un ataque directo contra nuestros productos. A ese ritmo y con la complicidad de autoridades, nuestra empresa podría desaparecer en tres años. Es una estrategia de exterminio”, advierte Filiberto Bucio Rodríguez, expresidente en dos ocasiones del Consejo de Administración de la cooperativa y actual gerente de la planta Morelos. En el Distrito Federal, Puebla, Morelos y Estado de México la transnacional endureció sus ataques contra los productos de Pascual. Regala cajas de refresco y agua, refrigeradores, pinta de fachadas de tiendas, destruyen envases de vidrio, mientras que en las escuelas secundarias y primarias Coca Cola pretende desplazar al tradicional “triangulito” de Boing al obsequiar computadoras, remodelar canchas de basquetbol o entregar dinero en efectivo a directivos de los planteles. “Están prostituyendo al mercado. Es una práctica sucia y desleal donde el libre comercio está reducido a contratos de exclusividad. Hemos tenido pérdidas que aún no podemos calcular, quizás estaremos hablando de que ya nos quitó el 30 por ciento del mercado en algunos estados, pero eso no es comparado con el hecho de que Coca Cola nos está apuntando a desaparecer”, señala Bucio Rodríguez. En abril de 2001 la cooperativa entregó todo un expediente del caso a Eduardo Sojo, coordinador de Políticas Públicas de la Presidencia de la República. Le pidieron que el presidente Fox les respondiera si está apoyando la estrategia de Coca Cola. “Sojo nos dijo que el Presidente no está de acuerdo con los monopolios. Pero a partir de que Fox llega al poder se da como un banderazo a los concesionarios de la transnacional, como diciendo ‘órale, cómanse este 25 por ciento que queda en el mercado’”. Pero el fin entre las empresas, dice Filiberto Bucio, es distinto: “Nuestra cooperativa tiene un objetivo social, nuestro patrimonio es el empleo. En otros países apoyan la creación y desarrollo de cooperativas, hasta con fuertes financiamientos, pero aquí vemos que nadie quiere hacer nada contra la guerra que Coca Cola inició en contra nuestra, a pesar de que es una transnacional que busca el enriquecimiento”. La andanada En 1981, los trabajadores de Pascual S.A. estallaron una huelga que culminó tres años después. Pese a las promesas del Gobierno federal de apoyarlos con recursos financieros, los trabajadores recibieron un préstamo del Sindicato Independiente de Trabajadores de la UNAM y así empezaron a operar en mayo de 1985 con 176 trabajadores y 17 camiones de reparto. Actualmente la cooperativa genera 3 mil 900 empleos directos y 20 mil indirectos, y cuenta con mil unidades de reparto en el país. En 15 años han mantenido su producción de jugos en envases de cartón, no así en el producto embotellado, atacado principalmente por Coca Cola. Exporta a Estados Unidos, Canadá y Centroamérica, y tiene proyectos para hacerlo a naciones europeas. Un dato curioso es que la cooperativa tuvo que recurrir a créditos internacionales para poder abrir en 1993 una planta en Querétaro. Bucio Rodríguez cuenta que los tres años fuera del mercado por la huelga los aprovechó Coca Cola para meter refrescos de sabores. “Afortunadamente, nunca se metió con jugos o frutas, que es nuestra gran ventaja, pues en la actualidad los consumidores están recurriendo más a lo natural, pues saben los daños que provocan los refrescos”, explica. La cooperativa, agrega, genera un beneficio extra porque compra las frutas y el azúcar a campesinos mexicanos y no utilizan alta fructosa como lo hacen Coca Cola y Pepsi, “lo que va ser letal para los cañeros del país”. Aun así, acusa, autoridades han protegido a la transnacional. En esta entidad, gobernada por el PAN desde octubre de 2000, el favoritismo hacia la “chispa de la vida” se evidenció a partir de enero de 2001. El Patronato de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos firmó contratos de arrendamiento para imponer a los titulares de cafeterías y tiendas de la institución la venta de productos de la concesionaria de la transnacional en Morelos, propiedad de Pura Guillermo Prieto Rivera, empresaria cercana a Lino Corrodi, quien fuera el cerebro financiero de la campaña de Fox rumbo a Los Pinos. En una carta enviada el 30 de enero de 2001 a uno de los permisionarios de tienda, el secretario técnico del Patronato, Miguel Angel Díaz Corona, dice: En relación con el contrato de arrendamiento que celebramos el Patronato de la UAEM con usted es muy claro en lo referente a la cláusula decimosexta que dice lo siguiente: se obliga a expender en su local exclusivamente los productos elaborados por la Embotelladora de Cuernavaca S.A. de C.V. como son Agua de los Angeles, Coca-Cola, Coca Cola Light, Sprite, Fanta, Fresca, Manzana Lift, Ameyal, Delawere Ponch embotellado y en lata, en cumplimiento del convenio celebrado con la referida empresa y la propia Universidad. En diferentes ocasiones se les ha invitado a dar cumplimiento a la cláusula anterior, por conducto de la Sra. Ma. Teresa Galvez Cuéllar, quien es la encargada de la atención, supervisión y cobranza de los locales que administra este Patronato, sin que a la fecha esta se respete. Bucio Rodríguez califica “como una verdadera pena” que la UAEM –que representa más de 20 mil consumidores–, bajo la rectoría de René Santoveña Arredondo, “ande limosneando dinero para cubrir necesidades internas y con ello proporcionen ganancias a un consorcio no mexicano”. La cooperativa descubrió que Coca Cola incrementó su campaña en escuelas públicas, en donde se concentra de manera tradicional la venta del Boing, el principal producto de Pascual. “Nos han dicho que la empresa ha llegado a repartir hasta dinero para obtener la exclusividad”, agrega. El cuatro de abril de 2001, los trabajadores de Pascual denunciaron que el Ayuntamiento de Cuernavaca, encabezado por el panista José Raúl Hernández Avila, les prohibió instalar stands en la Feria de la Primavera, ya que Coca Cola realizó importantes aportaciones económicas al gobierno municipal, algo así como 600 mil pesos. “Pensamos que con el nuevo gobierno se nos abrirían las puertas a la libre competencia. En la Feria de la Primavera, un evento popular, pensamos sólo dar a conocer nuestros productos mientras que la transnacional obtendrá millonarias ganancias. Nos reunimos con el alcalde Hernández Avila y nos dijo, inocentemente, que a lo mejor para el próximo año nosotros podríamos tener la exclusividad”, acusa Filiberto Bucio. En Puebla hay saqueo de envases. Los repartidores del consorcio llegan a las tiendas y les proporcionan a los propietarios refrigeradores llenos del producto con la promesa de que en cinco años tendrán la factura del congelador. Si el tendero acepta, los vendedores sacan los envases de las otras empresas y se los llevan. “Esto nos representa fuertes pérdidas porque cada botella cuesta 3.50 pesos. Al año tenemos que inyectar de 15 a 20 millones de envases para no desaparecer del mercado”, se queja. En abril del año pasado, la cooperativa celebró una asamblea nacional donde determinó formar un frente común contra Coca Cola, al cual se han sumado organizaciones civiles y sindicatos. “Coca Cola, además de representar un riesgo para la salud de la población, pues sus productos son causantes de varias enfermedades, viola diversos artículos de la Ley Federal de Competencia. Estamos acumulando pruebas contundentes para obtener una respuesta a corto plazo y no que nos digan que la resolución saldrá hasta dentro de dos años, cuando el monopolio ya nos haya arrasado”, puntualiza Bucio Rodríguez.

7 respuestas a «La lucha de la Cooperativa Pascual Boing / 3»

  1. Toda la informacion proporcionada en su blog me
    parece sumamente interesante. Creo que realmente
    se complementa muy bien con la serie de art�culos
    que estoy recopilando sobre estrategias de ventas
    tanto a trav�s de internet como fuera de la red.

    Un saludo,

    Jose

  2. Estimados(as) lectores(as):

    Los que ya somos viejos apoyamos a los trabajadores de Pascual desde sus inicios. Por ello nos resulta preocupante que ya introducen sucralosa (Splenda) y acesulfame de potasio, colorantes y saborizantes artificiales, así como benzoato de sodio en sus productos (bebida sabor frambuesa Pato Pascual), que ofrecieron en el 35o Congreso del STUNAM ahora en agosto de 2016, todos ellos dañinos para la salud, en vez de azúcar -un conservador natural- y colorantes naturales y saborizantes de las frutas.

    Ojalá que el Sr. Filiberto Bucio Rodrínguez y el Sr. Juan Manuel Soto de la Cooperativa Pascual pudieran establecer contacto con nosotros en la Facultad de Química de la UNAM para que los volvamos a ayudar como lo hicimos cuando tenían que volver a «echar a andar» su laboratorio de microbiología en la Colonia Obrera.

    Saludos,

    Profa. Dra. María del Carmen Durán Domínguez
    UNAM, Facultad de Química

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